Solo pensar en ti
Muchas veces no
eres consciente de ello, pero, sin quererlo, actúas como tu peor enemigo.
Puede que te parezca normal tener pensamientos dispersos sobre lo mal que haces
las cosas, lo mucho que te falta para estar “a la altura” de los demás, o lo
deficiente que eres a la hora de conversar, bailar o lo que sea.
No son reflexiones como
tales. Simplemente, tienes una convicción secreta de que eres inadecuado.
Además, llevas una lista mental de los hechos que aparentemente te lo prueban:
no has logrado lo que deseas, no destacas en nada (como no sea para mal), no
sientes que otros te quieran lo suficiente… En fin, el inventario es
interminable.
De una u otra manera, has
aprendido a parecer incompetente. Pero quizás no has reparado en que tus
supuestas incapacidades nacen precisamente de esa idea que tienes de ti mismo. Te
has programado, sin saberlo, para errar, equivocarte. Y también
sin notarlo, proyectas permanentemente esa imagen de ti hacia los demás, de
modo que también los otros esperan de ti que no seas capaz.
Necesitas reflexionar mucho al respecto. Pero,
en principio, aquí te proponemos algunas tareas que pueden ayudarte a dejar de
ser tu peor enemigo.
Suaviza el lenguaje
Cuando te refieras a ti
mismo, bien sea en tu mente o a viva voz, usa un lenguaje gentil. Humillarte
o burlarte de lo que eres o lo que haces, no es un acto de honestidad, sino de
auto agresión. Siempre hay una manera más amable de decir las
cosas.
Aprende a decir NO
En realidad, no se trata
tanto de pronunciar ese “NO”, sino mantener al margen el sentimiento de culpa que
sobreviene después de haberte negado. Comprende que decir “sí” a todo no te hace mejor
persona. Y pasar por encima de ti mismo equivale a hacerte
daño.
Reserva un tiempo para
ti
No dejes de lado eso que
te gusta hacer, ni esos sitios a donde te gusta ir. Regálate
un tiempo a la semana solo para ti. Marca unos linderos para
ese tiempo valioso y no permitas que otros intervengan en él.
Trabaja a partir de
metas
Cada día puedes ponerte
una meta; es importante que sea viable y poco ambiciosa: los grandes logros se
construyen a partir de pequeños pasos. Se humilde y no te fijes grandes
propósitos, que vendrían a ser una trampa para ti mismo. Al final de la semana,
mereces una recompensa si cumpliste con las metas de cada día; no
olvides premiarte, porque ese estimulo es un elemento importante para re programar la idea que tienes de ti mismo.
Conócete
No por nada Socrates, lo estableció como máxima de su
filosofía: conócete a ti mismo. Tal vez crees que sabes muy bien quién eres,
pero lo más probable es que no sea así. Quien
reniega de sí mismo y se desvaloriza, no se está mirando con un lente objetivo,
sino a través de una programación automática que lleva en su mente.
Cuando pienses en ti, enfatiza en tus virtudes y dales el valor que merecen.
Se generoso
Dar es una manera de
conectarse genuinamente con la vida. No puede ser un acto de sacrificio, sino
algo que nazca del corazón y te haga sentir bien. Cuando
das, sin esperar a cambio y en completa libertad, generas alrededor de ti una
cadena de afectos y de “buena vibra”. Eso incrementará el
sentido de valoración por ti mismo.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario